jueves, 6 de noviembre de 2008

Fin de semana hercúleo

No, no es que me eche flores por lo de hacer 7000 kilómetros de jueves a domingo para ver a mi mujer, lo vale y punto. Es que, tras dedicar el viernes a mi moto y a algunas labores domésticas, aprovechamos este sábado para ir de excursión a los lugares donde Hércules realizó dos de sus trabajos, a saber: Nemea y Estinfalia.
Nemea fue cuna de los Juegos Nemeos, unos de los cuatro grandes eventos panhelénicos, de los que los olímpicos son los más recordados por el vulgo y por todos los demás. Viene a ser como lo de los 300 espartanos y lo 700 tespiotas que ya comenté en su día; te lo curras como el que más y la gente se queda con la cara y la historia sólo de algunos, no aprendemos, está visto.
El Peloponeso central es tan abrupto como hermoso. De su otoño podría citar todos los tópicos al uso sobre los bosques que amarillean y la luz mansa y dulce que suaviza las montañas y valles; y sería cierto. Hacía calor y nubes altas, la misma borrasca que está llevando tiempo invernal a España evita la entrada de aire frío y fuerza la llegada de aire africano a Grecia: 28º y, eso sí, mucha humedad.
(Estoy escribiendo esto en el avión. Mientras la gente cena -yo no, no son horas- veo anochecer con la cima del Etna asomando entre las nubes delante de una delgada línea de luz naranja. Es un bello espectáculo, un poco de postal de “Dios te ama “ pero hermoso.)
Las ruinas de Nemea son pequeñas y bien cuidadas gracias a la colaboración de la Universidad de California – Berkeley. La mano norteamericana se nota en la atención a lo didáctico y a los detalles de seguridad. El museíto está muy bien, no es Olimpia, claro, pero sí tiene piezas interesantes de la propia Nemea y de algunas tumbas micénicas cercanas. El estadio y los baños para los atletas son los puntos de mayor interés. En el estadio se encuentra la línea de salida mejor conservada de Grecia lo que ha permitido reconstruir el mecanismo de salida que ha sido utilizado en una escenificación de la carrera del estadio (quiero decir el “estadio” como unidad de medida, es decir 192m.), curioso. En Nemea, Hércules mató (a mano) al “León de Nemea” -obvio- y hoy en día se producen vinos tintos de reputada calidad.
Estinfalia es un asunto muy distinto. Se trata de un lago estacional, ahora está lleno de carrizos, en invierno de agua. Hércules espantó a las aves del lago con una castañuela gigante porque el ruido de éstas era insoportable. Parece que su ejemplo no ha muerto, porque sigue habiendo gente que combate el ruido con más ruido. El paraje es muy hermoso y paramos a comer lo único que tenían en la "taverna": cochino asado. De paso podéis ver los espetones de los que hablaba allá por abril. Muy rico, abundante y barato. De postre caqui en almíbar, que nos trajo personalmente la abuela del local, muy orgullosa de su producto tradicional y artesano, que estaba tan bueno como empalagoso, pero eso en Grecia es lo normal con los dulces. Al día siguiente los dos teníamos el intestino algo desarreglado, me temo que el caqui tuvo algo que ver...
Por la mañana del domingo paseíto, y después de comer al aeropuerto, que sale el avión a las 17:00 y mañana a Colmenar Viejo a currar.

Desayuno trinacional

Hoy -13 de octubre- he hecho un desayuno que no se me ocurre otra manera de llamarlo más que trinacional. He tomado un café en casa en Atenas a las 5:30 de la mañana, un segundo café a las 7 sobre Italia y un tercero a las 11 en Colmenar Viejo. Como se puede apreciar ha sido un día muy movidito.
Esto de la bilocación físico-sentimental es lo que tiene. Mi intención inicial era volver a Madrid el domingo por la tarde pero hubo cambios de vuelo y he cogido el de las 7:20 hora de Atenas (6:20 de Madrid) eso supone que desde el aeropuerto he ido directamente a trabajar, con lo que pese a ser interino y por tanto dado a recorrer grandes distancias para ir al curro, he batido mi marca personal y he hecho 3.500km (aproximadamente) para ganarme las habichuelas ( o fassoulakia, por estos/aquellos lares).
La cosa no es para tanto, que en el avión se va sentado y al aeropuerto he ido con nuestro taxista griego de confianza, que es además el taxista más aseado y puntual de toda Grecia, una joya en Mercedes clase E con tapicería de cuero blanco impoluto, pero aún así no es cosa desdeñable. La experiencia no ha sido mala del todo y supongo que la repetiré cuando llegue la primavera.
Eso sí, he llegado reventado a casa (la de Getafe, digo, esto de tener dos hogares a veces es confuso).

Thorikós

Hemos ido a Thorikós por dar una vuelta. Era, prácticamente el único sitio arqueológico importante que nos quedaba por ver en el Ática. Un pequeño teatro junto al mar cerca del cabo Sounion. Bonito pero escasamente relevante, la temperatura y el día espléndidos pese al viento.
Pocas horas después nuevamente en el avión a casa (la otra).

Y el interino va a ... Colmenar Viejo

Escrito el 18 de septiembre de 2008...
He estado un poco desconectado porque han sido días de cambios. Por fin supe el día catorce ( de septiembre) dónde tenía que presentarme a por trabajo. No me gustó cuando vi que era en San Sebastián de los Reyes. No es que no me guste el sitio, es que eso implica destino en la zona norte y en la hipócrita hoja que nos hacen rellenar en mayo puse la zona norte en último lugar por razones obvias (vivo en Getafe). Parece que alguien no quiere trabajar un día haciendo un acto público de asignación de destinos y le importa un pimiento-por no poner las obscenidades que tal comportamiento me sugiere- que decenas o cientos de personas pierdan su tiempo y esfuerzo en cruzarse por las carreteras y trasportes públicos de Madrid, los del sur al norte , los del norte al sur y así todos por la estulticia y falta de honradez del tipejo o tipeja. Llegué y afortunadamente me tocó escoger el primero de los dos que estábamos citados, porque la otra opción era La Cabrera... Escogí pues Colmenar Viejo y allá fui.
El Instituto de Enseñanza Secundaria “Rosa Chacel” me acogerá este curso en el que tendré un buen horario y por lo que voy viendo buenos alumnos.
La verdad es que no he escrito nada últimamente porque mi vida no es especialmente apasionante, quizá lo más pintoresco es que hoy he facturado una olla express como equipaje para Atenas, - en Madrid teníamos dos y allí ninguna de modo que eso he llevado.
El plan del fin de semana es no tener planes y simplemente disfrutar de nuestra mutua compañía.
Saldremos, eso sí, a dar una vuelta en moto si el viento lo permite que parece que sopla con ganas.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La academia de Platón

En los últimos días de agosto visitamos uno de los sitios arqueológicos menos conocidos de Atenas. La academia de Platón es uno de esos lugares de los que un filólogo clásico (o un filósofo) han oído hablar repetidamente durante su periplo universitario. Llenos de curiosidad por saber porqué no van los turistas a verlo, fuimos al fin.
Bien, de entrada la academia de Platón está en uno de esos barrios industriales que un día fueron extrarradio y hoy son casi centro de la ciudad. Vamos que si me dijeran que cualquiera de vosotros fue visto por allí por última vez, me preocuparía.
Los restos están en un parquecito al que se accede por el lateral de una iglesia adecuadamente "kitsch". El parque es refugio de gente de aspecto, digamos... inquietante. Supongo que eran inmigrantes ilegales de Pakistán o Sri Lanka, y griegos de aspecto no menos inquietante, quizá algunos buscaban algún chapero o qué sé yo. Realmente, no sé que hace la gente inquietante en un parque a finales de agosto a 37 grados, quizá sólo esperar.
Las ruinas son grandes no muy espectaculares y, en fin, no demasiado atractivas, salvo para fanáticos de la cosa en sí.
Cuando fuimos a salir de allí vimos venir hacia nosotros a un coche por una calle estrecha que parecía ser la idónea para salir de allí. No es que nos sorprendiera que viniera por dirección prohibida -es frecuente en Atenas-, pero los coches aparcados le daban la razón. Un detallado estudio nos dio la clave: una aparición más de lo que Maricarmen y yo denominamos el síndrome de "Si no sabes, ¿Pa'que vienes?" es decir, que las señales siempre suponen que sabes ir de todas maneras y que nadie se ocupa de que sean útiles o ...visibles.

martes, 2 de septiembre de 2008

Pre vuelo

Dos trabajos, dos ciudades, dos casas, una pareja. No va a ser fácil.
¿El Motivo? Dos sueldos, dos carreras, dos hipotecas, un futuro. Este periodo de locura transitoria acabará con las deudas y nos permitirá empezar con una hoja en blanco.
Ella en Atenas, yo en Madrid. Iberia y Olimpic nunca sabrán cuanto vamos a depender de ellos. Nuestros jefes lo sabrán, pero no les importará. La familia -los de sangre y los amigos, todos familia- lo sabréis y os importará. De fuera hacia dentro construiremos un mundo.
Así, por si os interesa u os aprovecha procuraré teneros informados desde este nuevo "blog". No temáis, aunque me he puesto un poco serio y engolado el blog será una fiel secuela de "Desde Grecia por amor" porque, como decía Cervantes en mi bienamado prólogo de "Don Quijote":
"no he podido yo contravenir al orden de naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante"
y siendo yo su padre, será risueño e inconstante. Grecia seguirá siendo un motivo central de este "blog", porque voy a pasar todo el tiempo posible allí, en la mitad oriental de mi casa y mi vida. España aparecerá también, porque allí está la mitad occidental. Del trabajo, el nec-otium de los romanos, pese a lo mucho que me gusta mi profesión, hablaré y renegaré y también de aquellos momentos de otium que me dejará, inevitablemente, el precio del petróleo, que me impedirá volar al lado de Baucis cada fin de semana.
Así pues comienza una danza y contradanza de Atenas a Madrid y vuelta a empezar, y citando, una vez más, a Cervantes:
"Y con esto Dios te dé salud y a mí no olvide. Vale "